domingo, 15 de febrero de 2009

Ventana de calle.

Era tan bella que su padre obstinado, la tenía encerrada en la habitación. No consentía que saliera a la calle, de cara al mundo exterior agresivo y cruel.
Un día cualquiera, de un año cualquiera; quedó embarazada por las rejas de la ventana de calle.

2 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Si es que no se puede poner puretas al monte.
Muy bueno.
Saludos.

José Antonio Fernández dijo...

Quise decir puertas, perdón.