miércoles, 24 de febrero de 2010

Chupacirios.

Era un chupacirios, más nadie lo creía porque su heterosexualidad era pública y notoria.
Nadie lo vio jamás en ningún templo. Nadie supo de él que hubiera sido Monaguillo, cura, ni obispo.
Sin constancias ninguna de que hubiera recibido los sacramentos del bautismo, primera comunión, ni matrimoniales.
Él en su más completa intimidad, lamía cirios. ¡Y Punto!

No hay comentarios: